29 mayo, 2010

Para amantes de la música electrónica: Al Martín.


Si bien es cierto que ya estoy mayor y no frecuento tan a menudo las discotecas como cuando tenía unos cuantos años menos, aún me gusta escuchar recopilatorios de música electrónica para no desacostumbrar el oído a lo que traen las nuevas tendencias. Hoy os traigo este recopilatorio por si, como yo, queréis seguir en la onda de lo que está sonando por ahí.

Las películas más taquilleras de la historia.

Avatar.
Beneficiario: James Cameron.
Año: 2009.
Recaudación: 2.717.294.000$
Presupuesto: 237.000.000$

Titanic.
Beneficiario: James Cameron.
Año: 1997.
Recaudación: 1.842.879.955$
Presupuesto: 200.000.000$

El señor de los anillos: el retorno del rey.
Beneficiario: Peter Jackson.
Año: 2003.
Recaudación: 1.119.110.941$
Presupuesto: 94.000.000$

28 mayo, 2010

Reseña de cine: Frailty (Escalofrío)

Dirección: Bill Paxton.
Guión: Brent Hanley.
Protagonistas: Bill Paxton, Matthew MacConaughey, (...).
Duración: 100 min.
Género: Terror, Suspense, Thriller.
Año: 2002.

Esta película, ni es nueva, ni tuvo mucha repercusión en su día dentro de nuestras fronteras. Para mí, de hecho, era una total desconocida. Ocurre que no hace mucho tuve un rato libre para verla y, llevado por unas críticas discretas (últimamente ya no me pongo a ver una película de buenas a primeras sin leer algunas críticas antes por temor a perder un valioso tiempo), decidí concederle una oportunidad pese a que no me gustan mucho los papeles habituales que suele hacer el guaperas de McConaughey (ex-Pene). De forma que, cuando terminé de digerirla, quedé bastante satisfecho, y en mis reflexiones subsecuentes me pregunté porque no había obtenido algo más de repercusión. Frailty es una buena película, modesta, eso sí, pero ¿desde cuando lo cortés quita lo valiente? Fue la primera película de su director (el también actor, Bill Paxton), y creo que ha sido un inmejorable comienzo. Tras el salto, mi opinión.

Reseña literaria: Festín de cuervos, de George R. R. Martin.

Título: Festín de cuervos
Nº de páginas: 859
Cubierta: Tapas blandas
Precio: 25,95€

La cuarta novela de la saga Canción de Hielo y Fuego ha sido lo último en caer en mis manos y es también la última publicada de la serie hasta la fecha en nuestro país. La traducción, inmejorable, corre a cargo, como siempre, de la editorial Gigamesh, que mantiene el mismo nivel que en las tres entregas anteriores de la saga. Lo primero que me sorprendió de este libro, habiendo leído los anteriores, fue que despúes de unos cuantos capítulos los personajes que más extrañaba: en mi caso, Tyrion, Jon y Bran, no estaban en la novela. Tuve que interrumpir la lectura e ir hasta el índice para comprobarlo, y maldita la gracia. Cuando tras casi tres mil páginas pensaba que me había librado de Catelyn, uno de los peores personajes de la serie (no porque estuviera mal escrito, sino porque, simple y llanamente no me identifico con madres en apuros), tuve que soportar en esta ocasión a Brienne, y a la incombustible Sansa, como no, amén de la pérfida Cersei. Parece que el señor Martin hubiera elegido a todos sus personajes femeninos (y sobre todo a los aburridos) para protagonizar esta historia que, para mi gusto, baja mucho el ritmo altísimo de la impagable y legendaria Tormenta de Espadas. Cuando abrí el libro, deseaba leer más sobre lo que sucedía a Jon en el Muro, qué había sido de Tyrion después de los sorprendentes acontecimientos de Desembarco del Rey, el lugar al que había ido el tullido Bran después de encotrar a ese misterioso personaje subido a un alce. Pero, ah, villano, el señor Martin sabe que la espera y el suspense valen dinero. Y en esta ocasión decide entretenernos con los peores personajes de la serie, en espera de un quinto libro que promete acumular todo lo bueno.

Hurley, you are like me: las prodigiosas aventuras de Hugo Reyes.

Con el cadáver de Lost aún caliente sobre la mesa de autopsias, ahora se rumorea que, además de la grabación del episodio final, los señores Jorge García y Michael Emerson (que en la serie interpretan a los personajes de Hurley y Ben Linus) grabaron más metraje del que se ha llegado a mostrar en la final del pasado domingo. Entre 12 y 14 minutos, según se le escapó a Michael Emerson en una entrevista reciente.

27 mayo, 2010

El final de Lost

Mucha tinta se ha vertido desde que, hace dos días, terminara la serie número uno en lo que a misterio, "cliffhangers" y personajes (impagables Sawyer y Hurley, en mi opinión) se refiere. Después de seis años de incertidumbre, dudas, nervios y mucha, mucha emoción, llegó el día de la gran final que a unos ha defraudado y a otros ha satisfecho.

He leído de todo. En "la Razón", por ejemplo, catalogaban el final como un giro hacía lo espiritual por encima de la rivalidad con lo científico que, a lo largo de la serie, había sido la tónica habitual (la oposición de Jack contra Locke, del científico contra el creyente). En otros lugares se hace relevancia del fraude al que se han visto expuestos los fans de la serie que, al término del episodio, todavía se preguntaban cuando llegarían todas las respuestas que tanto habían ansiado durante los últimos años. Ana García Siñeriz se preguntaba (todavía a estas alturas, pobre mujer) que de dónde había salido el famoso oso polar de la primera temporada. Si algo ha caracterizado la serie más polémica e innovadora de la televisión de los últimos años, sin duda, han sido las preguntas.