28 mayo, 2010

Reseña literaria: Festín de cuervos, de George R. R. Martin.

Título: Festín de cuervos
Nº de páginas: 859
Cubierta: Tapas blandas
Precio: 25,95€

La cuarta novela de la saga Canción de Hielo y Fuego ha sido lo último en caer en mis manos y es también la última publicada de la serie hasta la fecha en nuestro país. La traducción, inmejorable, corre a cargo, como siempre, de la editorial Gigamesh, que mantiene el mismo nivel que en las tres entregas anteriores de la saga. Lo primero que me sorprendió de este libro, habiendo leído los anteriores, fue que despúes de unos cuantos capítulos los personajes que más extrañaba: en mi caso, Tyrion, Jon y Bran, no estaban en la novela. Tuve que interrumpir la lectura e ir hasta el índice para comprobarlo, y maldita la gracia. Cuando tras casi tres mil páginas pensaba que me había librado de Catelyn, uno de los peores personajes de la serie (no porque estuviera mal escrito, sino porque, simple y llanamente no me identifico con madres en apuros), tuve que soportar en esta ocasión a Brienne, y a la incombustible Sansa, como no, amén de la pérfida Cersei. Parece que el señor Martin hubiera elegido a todos sus personajes femeninos (y sobre todo a los aburridos) para protagonizar esta historia que, para mi gusto, baja mucho el ritmo altísimo de la impagable y legendaria Tormenta de Espadas. Cuando abrí el libro, deseaba leer más sobre lo que sucedía a Jon en el Muro, qué había sido de Tyrion después de los sorprendentes acontecimientos de Desembarco del Rey, el lugar al que había ido el tullido Bran después de encotrar a ese misterioso personaje subido a un alce. Pero, ah, villano, el señor Martin sabe que la espera y el suspense valen dinero. Y en esta ocasión decide entretenernos con los peores personajes de la serie, en espera de un quinto libro que promete acumular todo lo bueno.

La acción de cada capítulo se centra en uno de los personajes, como ya es marca habitual de la casa. Hay personajes nuevos, como las ya mencionadas Brienne o Cersei. Hay personajes veteranos, como Sansa o Aria. E indiscutiblemente (por mucho que les pese a los más fans de Martin) los capítulos de todas ellas transcurren entre anodinas descripciones sin que la acción parezca avanzar en ningún momento. He de decir en este punto que, aunque la lectura de los libros anteriores transcurrió sin contratiempos, en esta ocasión, algunos capítulos se me hacían cuesta arriba por lo pesado de una narración que no parecía conducir a ninguna parte. Durante todos los capítulos de Brienne, la pobre mujer parece ir dando tumbos de un lado a otro sin llegar a nada, como ocurre al final. En la parte de Cersei, que es algo más entretenida por el veneno que guarda para todos los que la rodean, las decisiones que tomaba su personaje me parecieron llenas de una estúpida sobervia en el que no creía que tal personaje caería. Es como si quisiera enemistarse con todo el mundo, incluso con sus aliados, que si lo sazonamos con el oportuno sueño de su juventud, parecen abocar a este personaje a una locura semejante a la del infame Aegon Targaryen. Sansa sigue siendo tan aburrida como siempre, pero resulta interesante su nuevo padre, el ladino Meñique. Aria me encanta, pero aparece muy poco en este libro. Y después de todas estas señoritas, tenemos a Jaime y a Samwell Tarly. Después del cambio del Matarreyes, tras perder su mano, el personaje se ha vuelto más humano e interesante, y resulta de lo mejor de la novela, al igual que el bueno de Samwell, esa especie de Samsagaz el Temible, que en esta ocasión hace un largo viaje para convertirse en maestre.

En definitiva, esta cuarta novela de la saga parece sumida en un anticlimax tras todas las guerras y la acción de Tormenta en espera de unos acontecimientos que se irán desvelando en los próximos capítulos. Es por ello algo más aburrida, pero cuenta una parte de esta gran historia que será necesaria para comprender el resto. Como quizás algunos sepan, este libro y el siguiente Danza de Dragones, formaban en realidad una sola historia, y Martín tomo la decisión de, en vez de contar la mitad de la historia de todos los personajes (lo que suele ser habitual), quería contar toda la historia de la mitada de los personajes en éste libro, y la otra mitad en el siguiente, de modo que ambos libros transcurrieran en el mismo arco temporal; en mi opinión, ha dejado en este libro a todos los menos interesantes, lo cual considero una mala decisión.

Después de tragarme el mamotreto, eso sí, enseguida me puse a buscar una traducción de los nuevos capítulos del siguiente libro. Hallé una agradable sorpresa al comprobar que el simpático kosak01 se había dedicado a perder el tiempo traduciendo los capítulos que el señor Martin adelantaba en su web. He aquí el de Jon Nieve, y aquí el de Tyrion Lannister, que, a buen seguro, os harán más amena la espera mientras Martin se dedica a aglutinar más páginas de una historia que atesora una gran calidad, pero que parece no concluir nunca.

Señor Martin, no se muera usted sin llevarnos hasta una conclusión de esta magnífica historia. ¿Sabíais que sus fans americanos han decidido hacer una recaudación para pagarle un seguro médico? Es que el hombre está mayor, y sus libros son tan largos y elaborados que cualquier lance de la edad (o la obesidad) que sufre el escritor podría dar al traste con la obra.

En fin, nos quedamos esperando más de esta gran saga. Desde aquí le pido a la editorial Gilgamesh que acelere la traducción para ofrecernos el quinto volumen de esta historia lo antes posible (siempre sin perjuicio de que se traduzca mal, por supuesto).


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