11 agosto, 2010

Llegan las Perseidas


Como cada año por estas fechas, la Tierra en su movimiento de translación alrededor del Sol pasa por un lugar poblado de fragmentos rocosos que arroja el cometa 109P/Swift-Tuttle cuando visita esta zona cada 135 años. Me estoy refiriendo ni mas ni menos que a la "lluvia de estrellas" mas popular entre todas, las Perseidas. Llamadas así porque el punto de su origen (denominado radiante) se localiza en la constelación de Perseo. También son conocidas popularmente como Lágrimas de San Lorenzo por la proximidad del máximo de la lluvia de meteoros al 10 de agosto, día de la festividad del mártir español.

En sus órbitas alrededor del Sol, los cometas dejan un reguero de gases, polvo y materiales rocosos que permanecen en órbitas muy similares a la de sus cometas progenitores. Se forman así grandes regiones anulares en torno al Sol en las que abundan los fragmentos (meteoroides) perdidos por los cometas. Cuando la Tierra entra en uno de estos anillos, alguno de los meteoroides son atrapados por su campo gravitatorio y entran a gran velocidad a la atmósfera formando una lluvia de meteoros. La fricción con los gases atmosféricos calcinan y vaporizan los meteoros que aparecen brillantes durante una fracción de segundo formando lo que popularmente denominamos estrellas fugaces.

Las Perseidas comienzan habitualmente a verse hacia el 23 de julio y terminan hacia el 22 de agosto, aunque el momento óptimo para observarlas será la madrugada del 12 al 13 de agosto. Además este año se da la circunstancia de que la Luna, en cuarto creciente, se pone relativamente temprano ( a las 22:20 el día 12) con lo que deja el cielo bien oscuro para que el brillo de los meteoros se pueda observar mucho mejor. Esto y un cielo despejado de nubes serían las condiciones idóneas.

La altura en la que el meteoro se hace brillante y por lo tanto visible suele ser del orden de unos 100 km, aunque a veces la ilusión óptica debido a su brillo y a la velocidad transversal nos hacen creer que están mucho más cerca. Solo los meteoroides más grandes y de alta densidad (consistencia rocosa o metálica), cuyas masas iniciales superen el kilogramo, pueden dejar un resto calcinado que, cuando llega al suelo, pasa a denominarse meteorito. Su velocidad media es muy alta, de unos 52 km/s (187.200 km/h!!) y se espera observar una estrella fugaz por minuto, con una máxima de 100 por hora, siempre que las condiciones meteorológicas acompañen.

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