19 octubre, 2010

DOLMEN editorial y sus concursos sin fallo.


ACTUALIZACIÓN: Al final el concurso ha tenido fallo aunque la respuesta, desde luego, se ha hecho esperar durante varios meses.
La sucesión de los acontecimientos fue la siguiente:
Comunicado - Noviembre 2010
Fallo - Diciembre 2010

Felicidades a los ganadores.

Por si no lo había dicho antes, de vez en cuando intento hacer mis pinitos como escritor. No es nada grave, ni aspiro a llegar muy lejos. A veces se me ocurren historias, como a cualquiera, imagino, al que le guste la ficción. Cuando la historia se queda ahí en mi cerebro, clavada como una astilla, intento ponerla por escrito para exorcizarla de mis pensamientos. Algunos dirían que esta circunstancia me hace estar permanentemente en las nubes. Nada que no curen ocho horas de rutina al día...

Hace algún tiempo publiqué una entrada en la que, con cierta ilusión por mi parte (y con cierta ansiedad también), hablaba sobre el segundo certamen de relatos Z que la editorial DOLMEN había organizado allá por el mes de marzo de este año. Las bases del concurso habían salido publicadas en un montón de webs y blogs de todo tipo, en foros, y en todos ellos la gente mostraba una gran ilusión por participar. Yo me sentí igualmente ilusionado, y de esta forma, me puse a trabajar, no en uno, si no en tres relatos. De ellos, sólo dos me resultaron lo suficientemente aptos como para enviarlos al concurso. Unos días después de mandarlos a través de correo electrónico, recibí el correspondiente acuse de recibo (el primero que recibo para un concurso, todo sea dicho). Hasta aquí todo perfecto.

Ahora bien, llegó el mes de Julio y el momento del fallo con los relatos ganadores. Me fui una semana de vacaciones, en la que no dispuse de acceso a Internet, y me vi acosando a mis amigos que se habían quedado en casa para que consultaran la web de la editorial todos los días en busca de alguna noticia sobre el esperado fallo. No hubo noticia. A la vuelta de mi descanso, seguí sin obtenerla hasta que, unas dos semanas después de la fecha que la editorial había fijado para el fallo, una escueta nota en la web indicaba:

"Informamos a los participantes y demás interesados de que, debido al elevado número de relatos recibidos, nos vemos obligados a posponer la resolución de los títulos que compondrán la próxima Antología Z para Septiembre".

Septiembre llegó, y pasó. Y la web de la editorial ha permanecido muda, ciega y sorda. No contestan los correos electrónicos y, por supuesto, no ha vuelto a aparecer noticia alguna. Por todas estas circunstancias, uno se pone a pensar en todo el trapicheo que rodea a las editoriales en este país de pícaros y cainitas donde cualquiera puede decir que organiza un certamen de relatos para luego echarse atrás... con más de trescientas ideas en el bolsillo de gente bienintencionada. Vergonzante es la primera palabra que me viene a la mente. Rídiculo, la segunda, de no ser por el matiz de haber sucedido en España, claro. Aquí todo está permitido y nadie levanta la voz. En ninguno de los blogs, webs o foros donde se anuncio la convocatoria ha aparecido ninguna noticia sobre la estafa que hemos sufrido los que con nuestro trabajo le dimos sentido a una iniciativa. Allá cada uno con lo que publica.

7 comentarios:

  1. Como no he participado en concursos no sabía que podía existir esta falta de seriedad y de todo, y más en uno que organiza una "gran" editorial. Increíble. Y el hecho de que no digan nada después de meses, ni contestesn correos es de lo más raro ¿no?
    Seguro que esta entrada le servirá a otra gente que está en tu misma situación, si buscan en google algo sobre el concurso.
    Un saludo!

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  2. Yo soy una de las participantes a este concurso y estoy harta de visitar su página y que no haya ninguna noticia. Estoy contigo, esto ha sido una tomadura de pelo.

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  3. Sólo os puedo desear suerte y que la cosa se arregle. Desde aquí mi apoyo ;)

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  4. Gracias por tu apoyo, Sonix. Te prometo que todo lo que cuento es verdad de la buena.

    Anónimo,imagino que los que hemos escrito esos más de trescientos relatos debemos andar por el estilo de descontentos y enfadados. Lo malo es que estas cosas desaniman para seguir escribiendo, una actividad buena se mire por dondese mire. Aunque a uno no le de por concursar.

    Gracias por tu apoyo, Daniel. Te deseo más suerte y más seriedad por parte de las editoriales que la que hemos tenido los perjudicados por Dolmen.

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  5. Yo soy otro de los timados. Pensaba que a los "agraciados" les habían enviado un correo con el fallo y al resto, ni las gracias.
    En fin, es la segunda vez que me pasa, paciencia. La pena ha sido no haber registrado mis tres relatos...

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  6. Es incomprensible lo ocurrido, y lo que no entiendo aún más es que, incluso en foros temáticos sobre la convocatoria, no sé comenta ya nada sobre el tema, como si fuese algo normal o imperara la resignación.

    Lo peor es que los relatos se han quedado en un limbo en el que no se pueden mover por otras convocatorias, que suelen excluir en sus bases relatos "pendientes de fallo".

    No hay que dudar de la buena fe de Dolmen,aunque sí protestar por esta situación y la aparente dejadez que ha llevado a la misma, pero se hace necesario un anuncio público sobre el tema por parte de la editorial, en el sentido que sea.

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  7. Anónimo. Te acompaño en el sentimiento. Registrar una obra como propiedad intelectual es sencillo, sólo tienes que gastarte unos treinta euros. Si puedes, te recomiendo que lo hagas, ya que, por lo visto, esa gente puede ahora hacer con los relatos lo que les venga en gana.

    Javi. Incomprensible, sí, pero cierto. Más incomprensible desde luego resulta el silencio de la gente que ha visto como estos "editores" mangoneaban sus ideas sobre un tema. A diferencia tuya, yo sí dudo sobre su buena fe. Si no pueden cumplir su promesa de editar un libro porque no tienen pasta en estos tiempos revueltos, que lo digan. Lo que no es de buena fe, ni de buena educación, ni de nada, es intentar ponerte en contacto con ellos y que se tapen las orejas y se pongan a silbar a ver si nadie se queja y aquí no ha pasado nada.

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