Nº de páginas: 225.
Cubierta: tapas duras.
Precio: según edición.
Vaya cambio de tercio has dado, pensarán algunos. Del género negro a la novela decimonónica. En efecto, eso es lo que puede parecer, y para los que, como yo, ponían a esta novela al lado de otros clásicos ñoños del tipo Mujercitas o Sentido y Sensibilidad, nada más lejos de la realidad. Cumbres Borrascosas es una historia con personajes muy cañeros. Aquí no encontraremos gráciles cortejos como los de la novela de la Austen, ni personajes edulcorados y candorosos, ni dulces equívocos, ni finales felices. En Cumbres Borrascosas no queda lugar para las tonterías, sólo para una de las venganzas más intensas que la literatura de cualquier época haya concebido.
Cumbres Borrascosas es una de las mansiones más esplendorosas de su región, la vivienda de la familia Earnshaw. Todo cambiará el día que el patriarca de los Earnshaw, después de un viaje a la ciudad, vuelve trayendo consigo a un nuevo habitante, un pequeño mendigo al que coloca entre sus propios hijos, Catherine y Hindley, y al que bautiza como Heathcliff.
Emily Bronte desarrolla una historia desgarradora, llena de personajes detestables y mezquinos, de esos con caracter que no tienen reparos en poner en palabras todo lo que pasa por sus cabezas, desde blasfemias a inoportunas verdades. Sobre todo, es una historia de personas atormentadas. El tormento es la única constante en esta historia donde la desdicha parece acompañar a todos los que han pasado alguna vez por aquella casa. Pero Cumbres Borrascosas es más que eso. Es también una historia de amor muy profunda, tan pasional como al final se vuelve el odio que conlleva, y aunque durante la historia se conservan unos modos ciertamente anglosajones, bastante más controlados y menos violentos de lo que cabría esperar si hubieran sido más... mediterraneos (aquí un tipo como Heatcliff cogería una escopetas y un zurrón lleno de postas del 15 y dejaría el escenario limpio de drama en un momento), cada página desborda sentimientos muy duros, retorcidos y encontrados.
Mi novia, que me recomendó su lectura después de quedar sorprendida por la dureza de la novela, destacaba que nadie se salva en esta historia. "Todos son malos. Todos están enfadados". Y apuntaba al carácter de la persona que había escrito la historia, Emily Bronte. ¿Qué clase de vida habría llevado esa chica para discurrir una historia así? ¿Cómo era ella? De Emily Bronte (la más talentosa de entre todas las famosas hermanas Bronte) se sabe poco. Murió con tan sólo treinta años, y cargó durante toda su vida con la cruz de un hermano alcoholico y adicto al opio. Durante las tensas noches en vela en las que le esperaba para ayudarlo a acostarse se dice que escribió muchos de los pasajes de esta novela. Por desgracia para ella, nunca consiguió reconocimiento por su obra en vida, y no fue hasta mucho después de muerta que la sociedad en la que vivía estuvo preparada para asimilar una obra tan atípica para la época como Cumbres Borrascosas, donde se tocan temas tan espinosos como la diferencia de clases, la educación, la venganza y el alcoholismo. Además, fue una pionera en una sociedad aún muy machista donde no se concebía que una mujer demostrara con sus escritos más cultura que la de muchos hombres. Para todos aquellos a los que le interese el tema, existen multitud de biografías, ensayos y trabajos acerca de la vida de las Bronte, entre ellos uno de mi querida Espido Freire.
Pues sí, he pensado que me había equivocado de blog. Yo lo lei hace muchos años y me dejó huella.
ResponderEliminar.la lei millones de veces y sigo pensando que es la mayor historia de amor jamas escrita.cada vez que la releo me evado de la realidad y me sumerjo totalmente en la narracion.......es el exito de la escritora.....
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