18 octubre, 2010

Reseña literaria: Hyperion, de Dan Simmons.

Título: Hyperion.
Nº de páginas: 618.
Cubierta: rústica.
Precio: 9,95€.

Con la coletilla de encontrarse entre las mejores novelas de ciencia ficción de la historia, y teniendo en su haber premios tan importantes como el Hugo, el Locus o el Ignotus, comencé a leer esta novela de la cual esperaba maravillas y de la que no conocía nada. Ese fue mi primer error. Con tanto premio y tanto prestigio tras ella, comenzar una historia con tales espectativas, sea de quien sea, cualquiera que sea su reputación, siempre es un error. El segundo error fue no comprarme la segunda parte porque, sobre este punto nadie me avisó, Hyperion es una novela inconclusa.

Hyperion es un planeta fuera de la Red de Mundos, pero muy importante por algunos motivos. En él existe una singularidad que plantea múltiples interrogantes y, pese al progreso científico, resulta un misterio absoluto. Esta singularidad tiene su centro en un lugar llamado las Tumbas del Tiempo, donde, según se especula, el tiempo transcurre hacia atrás. El segundo motivo es el guardián de este lugar, una figura terrorífica y colosal fuera del tiempo que castiga a todo aquel que se acerca a las Tumbas con un propósito no predicho: el poderoso Alcaudón. Por si esto fuera poco, todas las razas del universo conocido (los humanos, los Exter y el Tecnonúcleo), parecen centrar sus intereses en este mundo, lo cual apunta a que Hyperion será el centro del siguiente gran conflicto. En medio de toda la inestabilidad que rodea a este mundo, un grupo de personas se dirige a Hyperion en la que será la última peregrinación hacia las Tumbas del Tiempo organizada por la Iglesia del Alcaudón. Y son estos peregrinos gente que tiene mucho que contar, pues el pasado de cada uno de ellos está enlazado de alguna forma con este místico lugar y su guardián.

Hyperion es un derroche de imaginación y ambiente que para el lector incauto comienza, sin embargo, muy mal. Al menos éste fue mi caso. La historia se desarrolla en capítulos de transición donde los peregrinos van moviéndose en su camino hacia las Tumbas del Tiempo. Estos capítulos se intercalan con los testimonios de cada uno de los siete peregrinos, que, para estar preparados por lo que pueda suceder, deciden contarse sus respectivas historias sobre los motivos que los llevan allí para encontrar, casi con toda probabilidad, la muerte. Las historias de los peregrinos componen el grueso de la novela. Esto convierte a Hyperion en un gran flashback que pretende situarnos en el mundo que ha ideado Simmons, al mismo tiempo que precede a todo lo que sucederá cuando los peregrinos alcancen las Tumbas del Tiempo.

Lo curioso de su estructura, dividiendo la historia en siete grandes flasbacks, hace de esta novela una historia con poco dinamismo. Es necesario armarse de cierta paciencia para abordarla. La primera de las historias, en la que el padre Lenar Hoyt cuenta todo lo que descubrió en el diario de su colega el misionero Paul Duré, es un muermo sin fin. Yo, que no tenía ni idea de lo que iba el libro, y esperando que la narración volviera al peregrinaje, que en verdad era lo que me interesaba, encontré esta parte demasiado densa y aburrida para colocarla al principio de la novela, servida casi a bocajarro. Me costó horores seguir leyendo, y a punto estuve de aparcar el libro en la estantería. Más, pese a todo, continué, y al final resultó que la historia del padre Hoyt es la peor de todas. El resto de historias transcurren con lentitud pero con más ritmo, y durante su lectura empiezas a familiarizarte con todo el vocabulario que Simmons utiliza para ambientar su novela. Me gustaron especialmente las historia de Fedmahn Kassad, sobre un amor platónico que busca por toda la galaxia, la de Sol Weinstraub, en la que trata de salvar a una hija que a causa de un accidente comienza a rejuvenecer y cada día que pasa olvida su futuro y, también, como no podía ser de otra forma, la de Brawne Lamia, un homenaje a las novelas pulp de Dashiel Hammet y Raymond Chandler.

Para que no te lleves a engaño, lector, y no seas tan incauto como lo fui yo, has de saber que Hyperion es un gran prólogo para una historia mayor y más ambiciosa. Cuando empiezas a cogerle el ritmo a la novela y a los personajes, cuando parece que va a comenzar de verdad el baile, la novela se termina y tú te quedas con un palmo de narices. Date por avisado.

Dan Simmons fue profesor de literatura y redacción antes de dedicarse a escribir a tiempo completo. También fue director de programas de educación para jovenes superdotados. Publicó su primera historia corta en 1984. En 1985 publicó su primera novela, La canción de Kali, a la que seguiría, ya en 1989, esta primera entrega de su tetralogía sobre Hyperion, que ha sido su mayor logro literario. En ella la fantasía, la ciencia ficción y el terror se entrelazan para conformar una historia llena de matices. Nos volveremos a encontrar en la segunda parte, señor Simmons, si el Alcaudón nos da su venia.

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