17 octubre, 2010

Reseña de cine: La red social.


Título: La red social.
Dirección: David Fincher.
Guión: Aaron Sorkin.
Reparto: Jesse Eisenberg, Andrew Garfield, Justin Timberlake, (...).
Duración: 120 min.
Género: Drama.
Año: 2010.

La red social parece haberse convertido en un clásico instantáneo a tenor de las críticas que pueden leerse por ahí, de la misma forma que la archiconocida red social sobre la que basa su argumento: Facebook.

Mark Zuckerberg (interpretado por Jesse Eisenberg) es un brillante estudiante de informática de la prestigiosa universidad de Harvard, donde desarrolla sus estudios y a ratos se dedica a hackear lo que se le pone por delante. Una noche en la que se encuentra medio borracho, y tras un desengaño amoroso, Mark desarrolla una idea que será el germen de lo que más tarde se convertiría en la más famosa red social del mundo. Facemash, es un sitio web donde los alumnos de la universidad pueden elegir una chica de entre dos, cuyos perfiles son extraídos de las bases de datos de las residencias que existen entorno al campus. La página satura la red de la universidad. El tráfico que genera tumba toda la infrastuctura. A Mark le meten un puro, pero la idea se queda instalada en su cabeza.

Durante la primera escena, donde se desarrolla la cita de Mark, ya intuímos lo que va a ser el resto de la película. Mark es sumamente inteligente, y habla y piensa de una forma tan veloz como corresponde a sus capacidades. En un momento nos encontramos que en su conversación en realidad hay tres conversaciones al mismo tiempo, y los dos personajes hablan tan rápido que apenas se puede seguir el hilo de sus razonamientos. El resto de la película es también así. La red social es una película llena de diálogos, dinamismo y velocidad. Es casi vertiginosa y no se entretiene en florituras ni transiciones de ningún tipo. No da respiro. Va directa al grano. Después de la idea inicial en la que Mark desarrolla Facemash, el argumento se divide en tres tiempos diferentes donde se cuenta, a través de los litigios que más tarde rodearán a Mark, la forma en que se puso en pie toda la idea de la red social. Las escenas se enlazan perfectamente mediante los testimonios contrapuestos de los litigantes, en los que vemos la forma de ser de cada personaje, y los sucesos a que se vieron expuestos.

Ahora voy a ir al meollo de lo que me pareció. Me gustó la forma de contarlo. Las escenas avasallan al espectador y transcurren tan deprisa que al final la película discurre muy bien. Todo se cuenta de una forma dinámica y austera, sin subtramas ni planos de situación. La trama se desarrolla de conversación en conversación, con unos diálogos inteligentes y unos personajes bien desarrollados pero, y aquí está la clave, previsibles. Me resultaron un poco superficiales. A todos los interesa lo mismo: la pasta, la fama, el éxito. El argumento también peca en este sentido, en realidad, es más una crónica del nacimiento de una idea que algo nuevo. No aporta nada, y cualquiera podría contarse a si mismo la película de principio a fin antes de entrar a verla. Entonces, ¿a qué viene tanto revuelo con esta pelícual? A la gente le resulta curioso como se levanta un imperio en Internet. Es la única explicación posible. Pero no es el primero que se levanta ni será el último, por lo tanto, no entiendo el por qué de tanto bombo y platillo para una película que no me cuenta nada, y tan sólo hace gala de una realización correcta.

Sinceramente, y esta es una opinión a título personal, me pareció una forma de publicidad muy sofisticada. Hasta el título está pensado para que identifiquemos a Facebook como LA red social por antonomasía, es decir, la genuina. Sin embargo, no es la única, ni fue la primera tampoco. Antes que aquella estuvieron MySpace o Classmates. En todos los países del mundo se desarrollan redes sociales del mismo corte que Facebook, en España, por ejemplo, es el caso de Tuenti; y ni que decir que en países tan poblados como China o Corea, Facebook provoque un impacto mínimo. Por tanto, esta película de David Fincher me suena más a una estrategia de marketing para hacer llegar a todas aquellas almas gentiles que no están al alcance de sus medios usuales (léase téntaculos), las nuevas del evangelio de LA red social. De hecho me resulta similar a una estrategia que adoptan en la película. Al principio, Facebook se extendió por universidades. En una de ellas, ya existía una red social como la de Mark, así que para rendir a este campus lo que hacen es conquistar todos los campus de alrededor, de forma tal que si las personas de aquel campus querían conectarse con sus amigos de universidades cercanas estaban obligados a entrar a la red de Mark para saber de ellos. Una estrategia inteligente, pero vieja.

Así lo hacía Napoleón. Y de esa forma conquistó Europa.

2 comentarios:

  1. The social network no hace solamente referencia a LA red social Facebook, sino a la red de contactos (en el sentido de la gente con la que te relacionas, con la que vives, con la que trabajas, a la que recién conoces y te impacta) necesaria para ascender en un entorno tan brutalmente competitivo como Harvard. En español diríamos "contactos" para referirnos a lo que en inglés es social network. A todos los personajes les interesa lo mismo porque ése es el objetivo de un undergraduate de Harvard: hacerse rico, o mejor dicho, hacerse MÁS rico; para ello, es necesario hacerse primero con una red social propia importante, contactos que te presten el capital y las ideas: la red social es necesaria tanto para crear Facebook como para cualquier otra iniciativa que termine siendo un éxito multimillonario. Lo que cuenta la película no es exactamente el levantamiento del imperio, sino el levantamiento de la red social y los conflictos personales que aparecieron por el camino en su construcción. Yo creo que el éxito viene por la descripción de la naturaleza de quienes se enriquecen con una idea de este tipo.

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  2. Creo que es un afan de todos por ser reconocidos, en la película, era lo que el fondo deseaba Zuckerberg. Interesante historia sobre esta famosa red social, de la misma línea el productor de la cinta hizo una serie sobre genios inadaptados sociales llamada Silicon Valley, vale la pena porque es divertida y te hace reflexionar mucho sobre este mundo competitivo.

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