28 noviembre, 2010

Reseña de cine: Dune.

Título: Dune.
Dirección: David Lynch.
Guión: David Lynch (basado en la obra de Frank Herbert).
Reparto: Kyle MacLachlan, Sting, José Ferrer, Max Von Sydow, Dean Stockwell, (...).
Duración: 145 minutos.
Género: Fantástico, Ciencia-ficción, drama.
Año: 1984.

Desde hace un tiempo vengo repasándo a ratos muertos la filmografía de David Lynch. Una actividad peligrosa, cercana a los límites de la cordura, pero interesante, a fin de cuentas, ya que lo que este tipo te hace sentir en cada una de sus películas viene a ser lo más parecido a un viaje de LSD cinematográfico. Hay viajes buenos y verdaderas paranoias. En el caso de Dune, nos encontramos ante uno de sus viajes menos experimentales, más normalitos. Basado en el libro de 1964 de Frank Herbert, Dune, que obtuvo todo lo obtenible dentro de la ciencia-ficción fantástica, Lynch levantó este intento por llevar la saga al cine. Por desgracia, el batacazo fue mayúsculo en su día, y el intento se quedó en eso (hay seis novelas más después de Dune). Con el tiempo, sin embargo, la película se convirtió en una obra de culto, y mucha gente como yo acabó revisándola con mejor animo. Para esta película he de lamentar no haber leído el libro, así que mis comentarios se ceñiran en exclusiva a la adaptación.

La película nos situa, como cabría esperar, en un futuro muy, muy lejano (unos 10000 años), en el que el universo conocido se halla aglutinado en un Imperio del que el Paddishah Shaddam IV de la casa Corrino es el regente absoluto. El imperio está dividido en feudos-planeta, entre los que destacan la casa Atreides y la casa Harkonnen; además, dentro del imperio, otras sociedades importantes juegan con los poderes feudales, como la Hermandad de las Bene Geserit, una mujeres con poderes mentales que llevan a cabo un plan de mejora genética del ser humano, y la cofradía de navegantes, los únicos capaces de plegar el espacio para realizar los viajes interestelares. El sostén del imperio, su economía y todo su poder gira entorno a una sustancia: la especia Melange. Esta sustancia (un paralelismo claro con el petroleo) permite alargar la vida y plegar el espacio para los viajes. El único problema que tiene la especia, es que sólo existe en un planeta en el universo conocido, y ese planeta es Arrakis, también conocido como Dune. Dune es un sistema ecológico único y hostil, ya que todo el planeta está compuesto por un gran desierto. Dentro de este desierto, en las zonas de arena, unos gusanos de enorme tamaño dificultan la explotación de especia. Dune, además, es el planeta natal de los Fremen (o free men, hombres libres), un pueblo de humanos con los ojos azules (por la exposición a la especia), y en él nunca llueve.

La película tiene por objeto la lucha de poder que se establece entre las casas por el dominio de la especie Melange. Como bien dice el barón: "Quien controla la especia, controla el universo". Shaddam IV ve en la casa Atreides a una amenaza para su dominio, ya que su feudo natal es una gran fortaleza inexpugnable. Es por ello, que el Paddishah se alía con la casa Harkonnen (rivales declarados de los Atreides) para cerrar una trampa sobre su enemigo común. El cebo será entregar Dune a los Atreides para que estos se encargen de la explotación de la especia, y así se vean obligados a salir de su feudo. La obra tiene como héroe a Paul Atreides, hijo del duque Leto Atreides y de su concubina preferida, Dama Jessica, una Bene Geserit.

A pesar del paso del tiempo, la película tiene un aroma a producto bien hecho, los efectos especiales, sin ser lo más espectacular nunca visto (ni siquiera en 1984) cumplen su función sin resultar escandalosamente malos. La historia, sin embargo, resulta muy compleja y enrevesada, demasiado para una sola película, incluso de esta longitud. En todo momento, se tratan de resumir acontecimentos y antecedentes con largas conversaciones y discursos en Off, que ahorran en dinero y tiempo pero ralentizan la acción y saturan la cabeza. Demasiados datos soltados de golpe, pero la historia se acaba comprendiendo, eso sí, con menos profundidad que una lectura calmada donde se desmenuce lo que va ocurriendo. Las actuaciones no sobresalen en ningún caso, pero tampoco salen mal paradas. Todos están a la altura. La cara de Kyle MacLachlan (en el papel de Paul Atreides) me resulta poco expresiva, y esporádicamente me daba la sensación de que no se creía lo que se suponía que debía estar viendo. Tampoco el papel daba para mucho más. El despliege imaginativo es grande, pero los personajes resultan bastante planos, sus conflictos, demasiado obvios y de previsible recorrido. El ambiente de la película sí merece un aplauso. El vestuario es extraño, único, y algunos de los decorados son muy originales, siempre teniendo en cuenta su época. El barón Harkonnen es repelente como pocos, y Sting está estupendo, aunque la verdad es que su papel es escueto, casi anecdótico.


En resumen, una película que merece la atención de los aficionados a la ciencia ficción cuyo sabor añejo no resulta cargante. La historia épica tiene buena factura, aunque es comprensible porque no acabó de funcionar en su día. Aunque repito que no leí el libro, creo que el ambiente respeta a la novela original, por lo que Herbert puede descansar tranquilo. La mano de Lynch se nota en algunos detalles terribles, como la cara del barón o la atracción insana que tiene hacia su sobrino. Después de haber visto algo de la miniserie que se produjo en fecha más reciente sobre esta misma historia (en el año 2000), me sigo quedando con esta película. La otra atufa a telefilm barato, y las actuaciones son horribles.

Fringe, al límite... de la desprogramación.

Como triste podría clasificarse la noticia que traigo hoy. La tercera temporada de Fringe en USA no está obteniendo el respaldo esperado por el gran público y corre el riesgo de sufrir una muerte súbita. Y es que ya se ha producido un movimiento en este sentido. En una nota de prensa la cadena FOX ha anunciado su programación para mitad de temporada que comenzará en enero, y Fringe ha sufrido una modificación tam importante como terrible. De la noche de los jueves, pasará a la noche de los viernes. Para quien no lo sepa, la noche de los viernes en las cadenas de televisión es una zona de exilio a donde van a morir los programas de televisión que no logran la audiencia que los ejecutivos consideran apropiada. Y ese parece ser el caso de esta serie, cuyos logros de audiencia no alcanzan nunca los 5 millones de espectadores. Por si esto fuera poco, en su nuevo horario tendrá enfrente a "Supernatural", por lo que es posible que el público mengüe aún más.

De encontrarnos frente a la última temporada de esta magnífica serie, ruego porque los ejecutivos permitan cerrar la historia de una forma digna, con un final acorde a la estatura de esta gran serie que, al menos en mi caso, sigo con expectación todas las semanas.

26 noviembre, 2010

La naturaleza nos da lecciones.

Pero hay que saber verlas.

(¿una canción para compartir estados de ánimo?)

Os traigo unos vídeos que me hacen reflexionar sobre la actualidad cercana y lejana. Son unos vídeos desconcertantes. Su contenido, casi poético. Verlos puede dinamitar todas vuestras creencias sobre el Status Quo: eso que los políticos se empeñan en salvaguardar a toda costa en nuestras mentes (junto con sus pensiones y honorarios). Conmigo lo han hecho, lo de dinamitar, me refiero. Y es que a veces la naturaleza nos enseña que las cosas no siempre siguen el cauce que uno espera. Que a veces la paciencia tiene un límite y entonces... sale la bestia que todos llevamos dentro.


Me gustaría arañar como un gato. Morder como una rata. Y ser así de valiente.




24 noviembre, 2010

Reseña de cine: Promesas del este.

Título: Promesas del este.
Dirección: David Cronenberg.
Guión: Steven Knight.
Reparto: Viggo Mortensen, Naomi Watts, Vincent Cassel, Armin Mueller-Stahl, (...).
Duración: 99 minutos.
Género: Drama, Mafia, Thriller.
Año: 2007.

Promesas del este es el último largometraje de David Cronenberg hasta la fecha. Varias nominaciones (entre las que se cuentan algunos Globos de Oro, una nominación al Oscar para Viggo) y unas críticas que hablaban maravillas de ella, me acabaron de decidir a ver esta película sin que tuviera de ella mayor referencia. La conclusión: el 2007 debió ser una mala añada para que esta película sobresaliera tanto. Con esto no quiero decir que la película sea mala, ni mucho menos, pero sí encuentro algunas cosas en ella que hace que el pelo se me erice cuando leo algunas críticas.

La película arranca con Ana Ivanova, una matrona de origen ruso (por parte de padre) que trabaja en el hospital Trafalgar de Londres. Una noche, una chica rusa llamada Tatiana entra en urgencias con un ligero problema de parto sangrante a causa del cual desgraciadamente fallece. Sin embargo, la criatura que lleva en su seno se salva, y Ana, con toda su buena intención, intenta averiguar más sobre la familia de Tatiana, para poner a la criatura en buenas manos. El diario de Tatiana conduce a Ana hasta una familia rusa que goza de buen estatus y que, en realidad, es el centro de la mafia en Londres.

La película narra los entresijos de la mafia rusa de una forma muy semejante a como lo hacen otras películas del género. Tan semejante que, de no ser por los tatuajes y el idioma, podríamos estar hablando perfectamente de sicilianos. La película toca todas las convenciones del género: costumbres, relaciones jerarquizadas en base a la familia, vasallaje, asuntos turbios, sangre. La narración posee un ritmo particular, lento en algunos tramos, pero correcto, desenvolviéndo las tramas de cada personaje a su ritmo, con esmero. Me gustó su ambiguedad, cómo se dejan intuir algunas cosas sin revelarlas abiertamente. Así sucede con la actitud que Nikolai (el personaje de Mortensen) tiene hacia su "capitán ", Kirill, o la que tiene con Ana. El personaje de Kirill (un Vincent Castell muy correcto) me resulta más enigmático e impredecible que el del propio Nikolai, y mucho más profundo.

Sin embargo, la narración tiene fallos en el desarrollo. Las tramas no acaban de funcionar, no llegan a explotar del todo; algunas cosas no me concuerdan y otras resultan artificiosas. Hay cosas que simplemente chirrían por alguna parte. Esto se hace evidente con el personaje de Ana. Su forma de comportarse no casa con la imagen que nos dan de ella. Pero lo peor de todo es el final, anticlimático donde los haya, donde no se resuelven las tramas de Kirill y su padre, y se queda pendiente de un hilo la historia de Nikolai, que en el fondo es de lo que pretende hablar la película. La cosa va de mafia, no de la matrona. ¿Qué ocurre al final con Seminov? ¿Y su hijo qué hace, se queda de brazos cruzados? ¿Los chechenos dejan de perseguirle? ¿Y a nadie le extraña el papel de Nikolai? Al final todo se apresura y no se desenvuelve bien, dejando en el aire un montón de cosas. Como si esto fuera el episodio piloto de una serie. Y debe serlo, porque ya está anunciada la segunda parte.

En lo técnico, la película tiene el aroma de un telefilme de media tarde en Antena 3. No hay virtuosismo en la dirección, aunque no fuera una cosa necesaria para contar la historia, por supuesto. La fotografía es muy normalita, al igual que la banda sonora. Echo de menos más planos generales. La acción se situa en Londres, pero porque son los personajes los que lo dicen. El escenario resulta superficial, con pocas localizaciones, sin ambiente.

En definita, una película correcta, con unos actores que salvaguardan las apariencias pese algunas incongruencias en la historia. Merece la pena echarle un vistazo, pero sin tener muy altas las espectativas. Quizás haya sido este mi problema, las espectativas. Cuando aprenderé...


23 noviembre, 2010

Sherlock: la serie.

Durante el pasado taller sobre guiones al que asistí me hablaron de esta serie, y no era la primera vez que me sucedía, mi hermano me la había recomendado antes. "Fíjate como se conocen Sherlock y Watson-me dijo José Ramón, el guionista de Aída-Con sólo unas frases, Sherlock describe perfectamente el personaje de Watson mejor que si hubieras leído la biblia sobre la serie. Es increíble". Así que al final me he decidido, pese a que tengo ciertas reservas hacia el personaje. Por supuesto, ya había visto la lamentable caricatura que Robert Downey Jr. hizo para el cine en una de sus últimas apariciones que, por desgracia, se perpetuará en una segunda parte. Tony Stark haciendo de Sherlock Holmes, o quizás sea al revés, en cualquier caso no me gustó nada (como tampoco Iron Man 2), y sabía que esta serie había sido lanzada a raíz del éxito que cosechara la película.

Por suerte, el planteamiento que tomaron para ella es diferente. La visión de los guionistas de la BBC es más fiel al retrato que hace del detective Sir Arthur C. Doyle, aunque también se toma algunas libertades para hacerlo más actual. Porque la serie tiene lugar en la actualidad, con un Londres moderno, del siglo veintiuno, y eso conlleva muchas cosas: móviles, ordenadores, GPS, etc... que se integran perfectamente en el guión. Sin embargo, pese a tanta modernidad y atrezzo, las artes deductivas de Sherlock Holmes se ven, no sólo intactas, si no renovadas, más frescas e impactantes si cabe. Y es que esta versión encarnada por Benedict Cumberbatch es notablemente superior a la de Downey. El papel de Holmes le va como un guante, al menos en lo físico. De lo demás tiene la culpa un guión impecable. Ágil en su desarrollo, pero preciso como un bisturí con los detalles, nos cuenta la reunión de la eterna pareja dándonos además todos los pormenores sobre sus personalidades, desenvolviendo un caso peculiar e interesante (personas que se suicidan en serie) y adelantando futuros conflictos. Y todo lo consigue en un capítulo de 90 minutos de una manera magistral, con toques de humor e intriga y un Sherlock carimástico seguido de un Watson (interpretado por Martin Freeman) igual de espectacular. ¿He dicho ya que me gusta el guión? Si no habéis visto el capítulo piloto, "Estudio en rosa" (homenaje a la primera aventura literaria de Holmes, "Estudio en escarlata"), estáis tardando.


22 noviembre, 2010

Reseña de cine: (500) Días juntos.

Título: (500) Días juntos.
Dirección: Mark Webb.
Guión: Scott Neudstarter, Michael H. Weber.
Reparto: Joseph Gordon-Levitt, Zooey Deschanel, (...).
Duración: 95 min.
Género: Comedia, Romance.
Año: 2009.

La cartelera es un lugar sórdido y baldío, como una casa encantada, en ella todo chirría y grita "aléjate de aquí". Así que no voy mucho al cine últimamente. Seguro que si me pongo a rebuscar encuentro algo que acabe por llamarme la atención, pero la verdad es que he entrado en una época perezosa en la que me apetece más ir a tiro hecho. Sin embargo, he de seguir viendo cine, es una cosa que va mucho conmigo, y por eso compenso esta circunstancia escarbando en el pasado en busca de algún diamante que se me haya podido escapar. En esta busqueda me encontré con (500) Días juntos.


La primera cosa que me llamó la atención de esta película tras verla fue: ¿Quién ha sido el subnormal que le ha cambiado el nombre? A la que siguió el pensamiento: ¿Por qué cojones tuvo que cambiar el nombre? ¿Ya había otra película que se llamara así, 500 Días de Verano? ¡Vamos, no me jodas, hombre! ¡Te has lucido! El nombre original de la película, (500) Days of Summer, el cual no sólo tiene un sentido, sino que tiene dos, explica muy bien la intención de este largometraje donde se mezclan el desamor y la comedia de forma mesurada, evitando caer en lo demasiado pasteloso, y de paso, dándole finalmente la vuelta para convertirlo en una exaltación de ese angustioso y terrible sentimiento llamado amor. El primer sentido del título se debe al nombre de la protagonista, Summer, y el segundo hace referencia a los amores de verano que por norma general resultan tan cortos como intensos. Toda la historia se explica al principio, pero esto no le resta interés a la película. El comienzo es un típico chico conoce a chica donde rápidamente se observa que uno se enamora más que otro. El punto de vista recae sobre el chico, que es quien más enamorado está de los dos, y desarrolla todos los desbarajustes que los sentimientos provocan en su vida a medida que la relación va pasando por las distintas fases. La gracia de la película no está en el final, que ya sabemos de antemano, sino en la forma en que reconocemos cada una de las etapas de esa relación y las hacemos nuestras, llenando los silencios con nuestras propias experiencias. En ese sentido merece la pena. Los toques de humor son muy sutiles y contados, y aunque en mi caso las risas fueron más hacia dentro, mi novia sí sonrió con alguna de las escenas.

De todos modos, no es mi tipo de cine. Si seguís el blog creo que ya os habréis dado cuenta de eso. Hay muchas películas que veo y no reseño, y está iba a ser una de esas. Sin embargo, se ha dado una circunstancia para que me lanzara al ruedo y ésta es la poderosa banda sonora que acompaña la película. En su mayoría está compuesta por temas ligeros y unas cuantas canciones de los Smiths, grupo que se menciona en la película. Una de las canciones nos sonaba, pero no sabíamos su nombre, así que tuve que repasar la lista de los créditos para averiguarlo. Por el camino llegué hasta la canción Us de Regina Spektor, y me encantó. Lo siguiente que hice fue hacerme con su disco Live in London. Esta intérprete es fantástica, su voz es fresca, con unos registros muy dulces y unas composiciones variadas, delicadas y auténticas. La canción Love, you´re a whore es impagable. Os la recomiendo encarecidamente. De todo se puede sacar provecho, y tengo que agradecer a (500) Days of Summer este descubrimiento.

(este es el trailer de la película)


(Us, de Regina Spektor)

(y ésta era la canción que nos sonaba... es bonita, ¿verdad?)

21 noviembre, 2010

Y los canadienses Arcade Fire llegaron a Madrid


Menos mal que son mis manos las que tienen que contar lo sucedido ayer y no mi voz, porque creo que grité y canté como nunca en este año, y mis cuerdas vocales se han resentido. Y es que el 20 N, dejando a un lado cualquier tipo de connotación política, llevaba marcado hacía muchos meses en mi calendario. Aguardaba con ilusión y nerviosismo mi primer concierto con la banda canadiense.

Arcade Fire me gustó desde el primer momento. Desde el primer tema que escuché. Esos tonos menores y esas letras que van narrando una historia según avanza la música, terminaron por engancharme.

Lo que queda claro es que no es una banda de rock al uso. Solo nos tenemos que fijar en el número de componentes (ocho) y en los múltiples instrumentos que incorporan a parte de las consabidas guitarras y batería. Instrumentos como piano, órgano, violines, acordeón, pandereta, una segunda batería...y hasta instrumentos medievales como mandolinas o zanfonas hacen a este grupo indie-rock, como lo califican los entendidos, una banda realmente peculiar.


Pero vamos a lo que vamos, hablemos del concierto. Las entradas estaban agotadas desde hacia meses y ese lleno que todos esperábamos se hizo patente, primero en las largas colas antes de acceder al recinto, y justo antes de empezar, sobre las 21:45, con un palacio de los deportes lleno hasta la bandera. Después de esperar esos 15 minutos interminables que se retrasó el comienzo, donde no podía quedarme quieto y el mini de cerveza me pesaba un quintal, se apagaron las luces, y los componentes de la banda empezaron a desfilar camino al escenario.

Los primeros acordes del 'Ready to start' empezaron a sonar, y los gritos y aplausos comenzaron a surgir en una sala deseosa de acción. Tenía mis dudas al principio de si el concierto iba a ser una sucesión de altibajos, con temas de su tercer álbum a priori con una gran variedad de opiniones, pero nada mas lejos. Los canadienses repartieron rock y entusiasmo de manera casi inagotable.


'Neighborhood #2' (Laika) con los dos violines y el acordeón terminaron de calentar y enfervorizar al pabellón. Un exaltado palacio de los deportes siguió disfrutando sin descanso de temas como 'No cars go', 'Haiti', 'Modern man'. Al terminar 'Rococo', Butler recordó que un euro de cada entrada iría destinado a obras de caridad, y es que esta banda ya donó un millón de dólares para Haiti.

"Gracias por venir" nos dijo en español Win Butler. Y demostró que tiene una muy buena voz, que no dejó escapar ninguna nota disonante en todo un señor concierto en directo. Régine Chassagne, su mujer, fue desplazándose de instrumento en instrumento y puso en 'Sprawl II' su voz con una nota de color en su vestuario.


'The suburb', que da nombre a su último disco, fue recibido con tibieza. Después una emotiva 'Crown of love', dio paso a 'Neighborhood #1' (Tunnels) y 'keep the car running' que hizo desatar la locura controlada de los allí presentes.

Las buenas bandas suelen mejorar en sus directos, y esta banda así lo demostró, y es que temas que en los discos parecen no causar mucha sensación, en el directo consiguieron transmitir toda su potencia.

Después de un cierre apoteósico con 'Rebellions' (Lies), los bises 'Intervention' y 'Wake up' completaron el recital de forma magnífica, con todo un palacio coreando las letras. Win Butler y su banda se despidieron con un "hasta la próxima", y cerraron una noche épica que tardará en ser olvidada.





19 noviembre, 2010

Reseña de cine: Scott Pilgrim contra el mundo.

Título: Scott Pilgrim contra el mundo.
Director: Edgar Wright.
Guión: Edgar Wright, Michael Bacall.
Reparto: Michael Cera, Mary Elisabeth Winstead, Abigail Chu, Cris Evans, (...).
Duración 112 min.
Género: Comedia, Fantástico, Acción, Romance.
Año: 2010.

Este fin de semana, además del concierto de Interpol del que ya di buena cuenta en la entrada anterior, participé en un taller sobre guiones de Sitcom (comedias de situación) impartido por dos guionistas de las series Aída y 7 Vidas (ambas de la productora Globomedia). Juan Ramón y Sonia Pastor, que así se llamaba la pareja de guionistas, nos contaron algunas cosas interesantes sobre el funcionamiento del cotarro tras las cámaras, además de descubrirnos y redescubrirnos algunas joyas de la tele, pasadas y más actuales. Entre las actuales, hicieron referencia a la famosa The Big Bang Theory y la menos famosa, pero no menos geek, The IT Crowd (en España, con la fastidiosa costumbre de cambiarle a todo el nombre, la han denominado Los informáticos). Si algo tienen en común estas dos series, es el frikismo que se respira en ellas. Ambas están dirigidas a un público selecto, rarito, geek. El término geek, para quién aún no lo sepa, se refiere a un fanático de la tecnología y de la informática, pero con las connotaciones de lo que aquí denominamos como friki. Hasta los años 90, el término se utilizaba sobre todo como calificador peyorativo, pero desde entonces la cosa ha cambiado. En España un geek lo entendemos como un loco de la tecnología. Yo aquí lo utilizaré con el sentido anglosajón. Pero, a lo que iba. Lo que estas dos series tienen en común es una tendencia hacia lo geek, que, debido a su éxito, puede convertirse en una nueva rama del sector audiovisual. Ya el mundo del comic se adelantó en esta tendencia (este mundillo es intrínseco a este tipo de gustos), y el cine ha recogido el testigo con algunas películas recientes. Tal es el caso de Kick Ass, una vuelta de tuerca al arquetipo del superhéroe, o de esta recién estrenada Scott Pilgrim.

Scott Pilgrim es una película basada en un comic del mismo nombre creado por Bryan Lee O´Malley, dibujante y guionista canadiense. Sus señas son: un cierto gusto por los videojuegos retro, la música punk tipo Los Ramones y los superheroes. Todo ello recubierto con un montón de referencias a la cultura pop, dan lugar a Scott Pilgrim contra el mundo. Una película desenfrenada, histriónica y muy, muy rarita, ya me entendeis. Scott es un chico canadiense de corte vulgar, con aspecto de perdedor, que toca el bajo en un grupo punk llamado los Sex Bom-Ombs. En realidad, Scott no se diferencia en mucho de cualquier otro ser humano, y por eso busca lo que casi todo el mundo en esta vida: a su media naranja. En una fiesta, Scott verá por primera vez a Ramona Flowers, la nueva chica del barrio, y quedará perdidamente enamorado. Ramona, una chica con el pelo teñido de rosa y las maneras y el aspecto de un marimacho, le corresponderá al principio. Sin embargo, la nueva pareja se verá ante un problema cuando pretendan formalizar su relación, y es que una sociedad tenebrosa y super secreta vigila los pasos de Ramona, su nombre: La Liga de los Ex-Novios Malvados. Ya os podéis imaginar por donde van los tiros, ¿no?

La película es un disparate lleno de efectos especiales y personajes a cada cual más rarito, razón por la que cualquier geek, aunque lo sea a menor escala, se sentirá como en casa. El ritmo es estupendo, mezclando comedia, acción y drama en pequeñas dosis. Con su estética de comic, desenvuelve una trama algo trillada, pero fresca en su forma de narrarla. ¿Es Scott Pilgrim una gran película? La verdad es que no es ninguna joya, ni toca nada que no se haya visto cien veces antes, pero es una película muy divertida si te sientes un poco geek y te atrae el noveno arte. Tiene algunos gags estupendos, y su loco desarrollo no dejara indiferente a nadie. Los actores son en su mayoría desconocidos, pero lo hacen bastante bien. Me gustó sobre todo el papel de Abigail Chu, la única fan enloquecida de los Sex Bom-Ombs. Es posible que esta película acabe sus días como obra de culto, y más ahora que este fin de semana la masa social se moverá hasta los cines con el único objetivo en mente de ver la penúltima de Harry Potter. Si por casualidad no te gusta el culebrón del mago adolescente (bueno, ya no tanto), y decides ver algo más fresco, corto y ligero. Te recomiendo que vayas a pasar un rato divertido con Scott. Si te arrepientes, vuelve y me lo echas en cara.

Os dejo un trailer para que os vayáis haciendo una idea.



14 noviembre, 2010

Interpol en Madrid.


Ayer el grupo de rock alternativo, o indie, o underground, o retro revival, o post-punk revival (elegir una categoría o varias va a gusto del consumidor) Interpol, pasó por Madrid llenando el Palacio de Vistalegre en una cita indispensable para los que estamos subscritos a la música de esta banda neoyorquina. Antes de comenzar he de decir que, aunque no soy un fanático de la banda, si me gustan muchas de sus canciones aunque otras no tanto. Su discografía, en mi opinión, me parece algo desigual. Por supuesto, no tenía porqué ser trigo todo el campo para asistir a su espectáculo y disfrutarlo, y allá que fui. La sensación general que me dejó fue bastante buena. Pero empecemos por el principio.

Llegué a Vistalegre alrededor de las 9 de la noche, cuando el concierto estaba programado para empezar a las 9 y cuarto. Se me cayó el alma a los pies al ver que la fila iba de la entrada sur a la norte (es decir, daba media vuelta al recinto). Menos mal que la gente con la que iba ya llevaba rato puesta a la cola y pudieron hacerme un hueco entre ellos... De cualquier forma, la transición fue rápida y nadie tuvo que esperar demasiado para entrar. Al llegar al interior del recinto, y tras un cacheo de colega (el tipo encargado de la tarea se limitó a darme una palmadita en la espalda), me colé por la patilla hasta la cocina sin darle la entrada a nadie. Uno es despistado por naturaleza, y mientras el encargado de revisar las entradas estaba entretenido con uno de mis acompañantes, yo me marché por la banda sin ni siquiera percatarme de la existencia del tipo. Nadie me detuvo, y de no ser porque no veía a mis amigos, me habría metido hasta el escenario sin fichar. Como uno ya está mayor para meterse a fugitivo (y menos en un recinto cerrado), me dio por volver y entregar mi ticket. Al fin y al cabo, ya lo había pagado. El aspecto al entrar a la cancha lo tenéis en la segunda foto. El ambiente era inmejorable.


Tras comprar algunas bebidas nos hicimos fuertes donde nos pareció más apropiado y allí nos quedamos a la espera de que sucediera algo, con las luces encendidas y la multitud acoplándose (en el buen sentido, aquello no era una bacanal) a nuestro alrededor. Me pareció entender que íbamos a tener a un grupo de teloneros, Roller no sé qué, pero no tuve el gusto de conocerlos porque, cuando las luces se apagaron, los que salieron fueron los Interpol, y la gente empezó a entusiasmarse. En general el comportamiento en la arena de nuestros vecinos fue muy correcto, sin empujones, reproches ni malos rollos. El ambiente seguía la personalidad de la banda. Los Interpol en directo son muy sobrios y educados. Entraron y tocaron sus canciones con una precisión y limpieza de estudio de grabación. Un poco a su rollo. Sin entusiasmarse, ni tirarse al público, ni realizar ninguna performance especial. Casi parecían niños buenos y todo. El que más se entregó fue Daniel Kessler (guitarra solista y coros), que se movía por el escenario dejándose llevar un poco más, no como Paul Banks (guitarra rítmica y voz prinipal), que es un tipo a lo Kurt Cobain, modosito y de flequillo inquieto. Tras cada canción, Banks agradecía al público los aplausos en perfecto castellano, y después de la cuarta canción, nos recordó con algo de acento mejicano que durante cuatro años él vivió en Madrid, un dato que ya teníamos en nuestro haber. Tocaron un buen repertorio durante hora y media entre los que incluyeron temas de todos sus discos, incluido el último. Los más celebrados fueron Evil y Rest my chemistry, aunque también con Slow hands y Not even jail la cosa se puso bastante caliente. Contra lo que yo creía, PDA no fue de sus temas mejor acogidos, aunque sí era uno de mis favoritos y que, por suerte, no faltó, aunque sí lo hicieron otros importantes: Pionner to falls (me parece que no la tocaron) y desde luego me dolió la ausencia de Stella was a diver, una auténtica lástima.


Alternaron canciones lentas y más movidas. No se trataba tampoco de uno de esos conciertos locos en los que la gente se mata a sudar y saltar. Ese no es su estilo. El nivel de edad debía rondar los treinta o veintitantos largos. La mayor pega, al menos desde la posición en que nos encontrábamos, era la calidad del sonido. No es que fuera muy nítido precisamente. Durante todo el concierto sufrimos un molesto pitido agudo que no aflojó en ningún momento. Espero que para el concierto de Kings of Leon del próximo 1 de diciembre, no tengamos que volver a pasar por ello. Para acabar os dejo unos vídeos (los que yo tomé son horribles) que he encontrado en YouTube. Agradecimientos a los autores/as.

(de los dos pavos, yo soy el menos feo, es decir, el de la izquierda)



11 noviembre, 2010

Cómo conocí a tu padre

No se de donde me viene el gusto por este tipo de producciones, pero la verdad es que desde siempre estas pequeñas perlas cinematográficas han atraído mi atención.

Me da en la nariz que al costar infinitamente menos que un largometraje, la creatividad se muestra inversamente proporcional. Son en su mayoría gente joven la que se lanza a este tipo de proyectos, y quién sabe si algún día llegarán a ser consagrados directores de renombre (desde luego casos se han dado, y muchos).

Bueno pues no se en que rincón de internet vi hace unos días un festival de cortos (porque hablaba de cortos, creo que no lo había dicho), concretamente el Festival Iberoamericano de Cortometrajes de ABC (FIABC). Este año es su segunda edición, y es el público el que se encarga de valorar y votar los distintos cortos que se presentan. Ficción, animación, documental y cortos de escuela son las distintas secciones en que se dividen los cortos en este festival. Donde también hay un certamen de i-cortos.

El plazo para las votaciones ya se agotó y los ganadores los conoceremos el día 29. Pero ya se pueden ver los cortos finalistas, algunos realmente buenos y llenos de ingenio. Pero he querido poneros uno no finalista, que me resultó gracioso, y que curiosamente es el corto mas visto ( si es que la cabra tira al monte). Se llama: "Cómo conocí a tu padre". Y es que hay algunas historias que deberían quedar en el anonimato para siempre.


10 noviembre, 2010

La pereza es un pecado capital.



Y yo soy un vil pecador.

Ah, la pereza. ¿Quién no ha abusado de ella de vez en cuando? Soy un gran perezoso. Un perezoso consumado. El príncipe de la pereza, a decir verdad. Por qué, os estaréis preguntando, nos viene ahora éste con sus neuras sobre la pereza. Bueno, ahí está el quid. Hoy escribo esto en horizontal a causa de mi enfermiza pereza. En mi cansado camino hacia nuevas formas de comodidad, he decidido que ya no quiero blogear como el resto de los mortales, es decir, sentado y delante del teclado. Ahora quiero hacerlo desde la cama, bien tapadito, calentito. Ya podéis imaginar la situación, ¿no? Sólo mi cabeza asoma al mundo exterior, el resto está cubierto de mantas hasta arriba y únicamente queda a la vista el instrumento con el que perpetro estas palabras acomodado sobre mi estómago. La merced a tan grande comodidad se la debo al invitado de honor de esta entrada: mi nuevo iPad.
Un instrumento para profesionales de la pereza.

Olvidáos de recorrer esos inacabables tres metros que separan el escritorio de la cama. Además, ¿quién no odia que se le queden helados los pies mientras navega en este crudo y ventoso otoño? Yo sí, desde luego. Pensadlo bien, ya no es necesario salir de la cama para leer qué sucede en la web. Incluso puedes llevarlo contigo a la taza del wáter. Tenerlo encima no supone mucho esfuerzo, incluso para los perezosos más consagrados. Sólo pesa 680 gr. ¡Menos de un kilo! Y por si todos estos argumentos no convencen a los más testarudos (esos empedernidos del trabajo), ahí va el mejor motivo de todos: en horizontal se piensa mejor. Sé que es así, no os engañéis. En horizontal el riego sanguíneo estimula mucho más al cerebro, y los pensamientos salen como más puros, más completos. Es ciencia cierta, como la de las pulseras magnéticas. De pie o sentado, la sangre es atraída por la gravedad y el cerebro se queda seco. No digáis que no es razonable ni está bien pensado. Y si creéis que me equivoco, no tenéis más que tumbaros y pensarlo de nuevo.

Pero volviendo al tema de la pereza, mi propia naturaleza haragana ha sido tan fuerte en estos últimos días que no me ha dado por actualizar mucho el blog. También ocurre que no encuentro temas relevantes sobre los que exponer mi opinión (a propósito de esto os dejaré un video). No tengo disculpa, lo sé, aunque tampoco sois muchos los que pasáis por aquí. Prometo que escribiré más ahora que puedo hacerlo desde la cama. Sin ir más lejos, ahora mismo ando descargando el segundo capítulo de The Walking Dead (que también veré bajo la manta), con lo que puede que tenga algo sobre lo que escribir aquí, aunque, pensándolo mejor, con toda la información que Sonia y el Especialista andan publicando últimamente, me da pereza poner otra opinión más... Aún así, no temáis. El sábado tengo concierto y traeré algo de material que quizás resulte interesante. Interpol, grupo indie neoyorquino, toca en Madrid este fin de semana, y como aún no soy lo suficientemente rico para que vengan a tocar a mi habitación, sólo me queda la opción de salir de la cama para poder contarlo. ¡Qué vida más dura!

No cambiéis de canal.

06 noviembre, 2010

Reseña literaria: Cuernos, de Joe Hill.

Título: Cuernos.
Nº de páginas: 456.
Cubierta: Rústica con solapas.
Precio: 20 €.

Hace dos años apareció la primera novela de este autor, Heart-Shaped Box, o como se la conoció en España: El traje del muerto. Aquella historia guardaba muchas similitudes con esta otra en el fondo y en la forma, aunque no en el argumento. Esta segunda novela sigue el mismo camino que lo desmarca de otros autores del mercado (sin ir muy lejos de su padre, el genio de Maine, Stephen King) proporcionándole una voz propia y fresca. Cuernos ha sido presentada hace escasos días en España poniendo a su autor la etiqueta de príncipe del terror, de modo que, antes de continuar escribiendo, me gustaría matizar esto: en mi opinión Joe Hill no escribe novelas de terror. Si acaso podría calificársele como sobrenatural o fantástico.

Ignatius Perry se levantó aquella mañana con una resaca tan grande que al mirarse al espejo lo primero que pensó fue que los cuernos que le habían salido en la cabeza era producto de una intoxicación etílica como nunca antes había sufrido. Sin embargo, al tocarlos los sentía tan reales como cualquier otra extremidad. La aparición de los cuernos y el efecto que estos tienen con gente conocida y desconocida, sin embargo, es mucho más real de lo que imaginaba. Su vida, marcada por el asesinato de su novia del que Ig fue acusado aunque nunca le juzgaran, está a punto de dar un giro brusco cuando descubra gracias a los cuernos algunos detalles nuevos.

Como el mismo Joe Hill lo ha definido, "Cuernos es una historia de amor encubierta". De la misma forma que en su anterior trabajo, Hill se apoya en un suceso que escapa de la realidad ordinaria para contar una historia centrada en una pareja. El amor y la delgada línea que separa el bien del mal son los temas principales de Cuernos, aunque más que las diferencias, Hill se centra en lo que es moralmente correcto y lo que no. Lo que está bien visto y lo que no. Lo que nos hace felices y lo que nos hace infelices. Incluso sobre lo que la sociedad nos impone como correcto. La reflexión que yace tras los cuernos es esta: si Dios odia el pecado y el diablo se encarga de castigar el pecado, ¿acaso no juegan ambos en el mismo equipo?

La novela empieza muy bien. Cuando la abrí y me puse a leer me zampé150 páginas de una sentada. Al comienzo, la propuesta y el ritmo son endiablados (¿lo pilláis? juas). Hacia la mitad de la novela, cuando la historia entra en una fase llena de flashbacks, se vuelve algo más densa y lenta. Esa parte es muy necesaria, pero se me antojo más larga de lo debido, e hizo que mi interés flojeara un poco. Hacia el final la cosa se vuelve bastante clásica, y el final cae en lo previsible. A diferencia de su padre Joe no se complica con los desenlaces. El texto está plagado de referencias a la cultura popular, especialmente a la música, una afición en la que Joe se complace. Su estilo sigue los pasos de su padre. Tiene los toques de un narrador de historias consumado, con una construcción sencilla, trabajada y muy púlida. Su forma de escribir engancha porque es muy fácil asimilar lo que cuenta y cómo lo cuenta, de esa forma tan visual, como si estuvieras allí.

Al pie de esta entrada podéis ver una foto de Joe en su reciente visita a España (la foto es de su entrevista para "La Razón"). Una bonita vista de Madrid. Más tarde acudiría a la marcha zombie que se celebró durante el festival de cine fantástico de Sitges. Si estáis interesados tenéis aqui su entrevista con motivo de la publicación en España de Cuernos.

Antes de cerrar me gustaría mencionar la penosa edición que ha hecho Suma de Letras para esta novela vendiendo un libro en rústica como si fueran tapas duras. Es lamentable que los consumidores tengamos que pagar los efectos de una supuesta crisis que en lo que se refiere a las editoriales no ha afectado en lo más mínimo. Si todos los indicadores apuntan a que ahora la gente lee más y opta por la lectura antes que por otros entretenimientos, ¿por qué diablos nos chupan la sangre con estas ediciones de pena? En fin, la historia de siempre. Sólo quieren sacar más tajada, pero es que ya resulta difícil encontra una edición en condiciones sin tener que pagar 30 o 35 eurazos. Ains...