Justo ahora que muchos nos hemos acercado a Sudáfrica, aunque sea por medio de la televisión y como consecuencia del Mundial de fútbol, reflexionemos por un momento en otro aspecto del país no tan comentado en los medios de comunicación, y que ha llevado a una doctora sudafricana a poner en marcha un invento tan novedoso como controvertido a partes iguales.
El otro aspecto que quería resaltar no es ni más ni menos que el problema de las violaciones que se producen en este país. Según una encuesta realizada en 2009, el 28% de los hombres reconoció haber violado a una mujer o una menor, mientras que uno de cada veinte admitió haber cometido el asalto en los doce meses anteriores.
Esta lacra social que asola el país y que hace que Sudáfrica sea uno de los lugares donde más violaciones se cometen (medio millón al año), llevó a una doctora sudafricana, llamada Sonnet Ehlers, a una idea revolucionaria: un condón femenino con dientes. Comenta la doctora que hace ya veinte años, trató a una paciente que acababa de ser violada. "Era un cadáver que respiraba. Sus ojos estaban muertos". La paciente solo fue capaz de pronunciar una única frase que a la doctora se le quedo grabada: "Si tuviera dientes ahí abajo...". Más tras el salto.
El invento consiste en los siguiente, se trata de una vaina de látex que se inserta en la vagina al igual que un tampón y, en caso de penetración, el pene queda atrapado gracias a dos ranuras interiores dentadas que causan un agudo dolor al agresor. Pudiendo la víctima en ese momento escapar y pedir ayuda. El agresor solo podrá desprenderse de la trampa con una pequeña cirugía, para ello tendrá que acudir a un centro de salud, facilitando así su identificación y posterior detención.
Este invento bautizado con el nombre de Rape-aXe fue lanzado ya en 2005 en Ciudad del Cabo, y ahora se está distribuyendo gratuitamente en las principales ciudades del país coincidiendo con el Mundial. En este periodo de prueba se repartirán gratuitamente 30.000 unidades y luego se pondrán a la venta a un precio de 1,50 euros la unidad.
Pero como casi en todo, voces críticas se levantan contra el condón atrapa violadores. Sexólogos y otros especialistas en el tratamiento de abusos sexuales afirman que aunque el dispositivo evita la violación como tal, no soluciona el problema del enfrentamiento y la agresión que sufre la víctima por parte del violador. Rosemary Okello, directora de la organización Servicio para la Mujer y el Niño Africano defiende que "no se puede usar una invención médica para un problema social" y recuerda que no serviría para proteger a menores, uno de los grandes colectivos vulnerables. Otro temor era que dicho artilugio podría extender enfermedades de transmisión sexual (ETS), como por ejemplo el VIH, en un país donde el 20% de la población está infectada. Pero la doctora Ehlers asegura que el Rape-aXe no causa heridas y por lo tanto no se desprenden fluidos capaces de contagiar ETS. Otros, también menos optimistas, calificaron el invento como "una solución medieval", un calificativo sin embargo que la doctora consideró oportuno y al cual respondió: " una solución medieval, para un acto medieval".
Ufff, qué tema tan espinoso. La verdad es que sólo con leer esas estadísticas me entra un mal en el cuerpo. Qué país tan horrible tiene que ser ese...
ResponderEliminarY el invento en sí, pues me parece genial. Lo malo es eso, que realmente no soluciona el problema. Pero creo que la doctora tiene razón. Por eso decía que es un tema espinoso. En un país donde las tasas de violación son tan escalofriantes, algo falla.
Porun lado comprendo perfectamente la opinión de la doctora, y la comparto. No estaría mal que a los violadores se la pillara un cepo. Sin embargo, ¿sirve este condón de algo en el momento de la violación? Si hay más de un violador, este método sólo serviría para engañar al primero, pero, ¿y el resto?
ResponderEliminarEn verdad es un problema social que sólo puede arreglarse mediante un fuerte impulso educativo.