Lo que nunca ha de faltar en un dulce, dulce hogar. (III)

Hola otra vez, amigos del castigo. Todo maniaco ha de saborear el momento en el que, teniendo a su víctima amordazada e inmovilizada en su lugar favorito, mientras sale de la inconsciencia a la que la has sometido mediante cloroformo o cualquier otra sustancia , sacas las herramientas con las que vas a practicarle todo el trabajo. Ver su cara en ese momento puede pagar todos los riesgos que supone esta ingrata profesión llena de sinsabores que es la masacre. Y claro, como hoy día la gente está demasiado acostumbrada al cine y todas esas chorradas que salen en la televisión, no puedes conformarte con vulgares cuchillos de cocina, o corres el riesgo de que, en vez de gritar de horror, esas viles criaturas se rían de ti. Y piensa que al fin y al cabo, las víctimas son ellos.

Como les debes algo a ellos y a ti mismo (ya no estamos en el instituto para que se rían de nosotros), tienes la obligación moral de impresionarlas. Imagina sus lágrimas de horror (y las tuyas de placer) al empuñar frente a sus ojos uno de estos imponentes cuchillos Global G con 16 centímetros de hoja, doble filo (da igual si eres zurdo o diestro) y su acero afilado al laser. Pura tecnología japonesa al servicio de la mutilación rápida. Sólo por 145$.

Pero si lo que buscas es un trabajo más lento y sosegado, con cortes más sutiles y dolorosos, si de verdad eres un enfermo y un apasionado del dolor más insano, quizás prefieras decantarte por este cuchillo de Damasco Al Mar, por 127,95$, que además viene en su propia caja de regalo individualizada.


Y por si la visión de tan espectaculares herramientas hace que tu víctima se desmaye de miedo, no temas, desde Cementerio de lunáticos te damos una solución sencilla. Despiértala trepanándola las pantorrillas o nalgas con este fabuloso Wusthof Classic, que por sólo 99,95$, te aportará ese extra de sadismo tan necesario.

Killer-consejo: Recuerda que las rodillas y el estomago son los mejores centros de dolor.